"La flagelación de Cristo" en Bouguereau.
"La flagelación de Cristo", por Bouguereau.
En el centro se halla la luz, la inocencia de un blanco lunar depositada en el cuerpo de Cristo, vulnerable y exhausto..., justo en la misma línea donde asoma, desdibujada y desde el fondo de la oscuridad saturnina de una plebe cruel y punitiva, la cabeza de un niño, subido éste a los hombros de su padre, contemplando con gesto inconmovible y sin privación la escena del quebranto.
Los fustigadores (representantes saturninos y la encarnación del trabajo "sucio"), de tez morena y cabello negro - en claro contraste con la luz lunar del cuerpo de Cristo -, se sitúan a ambos lados de Jesús, ocultando parcialmente su rostro, con la conservación del anonimato y la marginación social a la que, con la posterioridad de los siglos, los verdugos eran sometidos como adjudicatarios de una labor tan infame como el ajusticiamiento público.
Un cuadro que nos invita a compartir el dolor y a levantar el cuerpo de un hombre, igualmente mortal, siendo lacerado a merced de una mayoría... Bouguereau, a través de esta obra, nos formula una dura pregunta, nos enfrenta a la naturaleza dual del ser humano, a la par que nos espolea en la reacción compasiva que aún nos pueda habitar, guarecida en la sagrada dimensión de los hijos de Dios...
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