La marea de Selene.
Ningún día es igual a otro, ni los momentos ni las personas, aunque los ciclos y experiencias que vivimos en relación con ambas variables estén entrelazados por un tejido afín que nos recuerda a algo quizás más próximo que lejano. Siempre digo que el mejor instante es el que acontece..., no el supuesto, el futurible, el hipotético o el idealizado, sino el que se presenta ante los ojos o ante el nudo en la garganta, por y para algo, mas a cada cual nos concierne la elección de su acogimiento y transición... A todos nos recorren los mismos cuerpos celestes, las mismas crisis, los eternos acicates humanos - antes o después -, aunque bien sabemos que la vivencia es individualizada y las áreas donde plasman su sello es como la nueva doma de un corcel indómito que aparece asestando coces desde un establo presto a derruirse. Quizás más que en otras ocasiones la verbalización de lo interno me resulta costoso..., no en vano, para un Mercurio práctico, or...