Richard Gere: el encanto y la concordia como religión.
https://youtu.be/fZKk3FQHjh4?si=8HLdL0V3fr77dDyM
¿Acaso asociamos con Richard Gere otra imagen que no sea la de "caballero", tanto en sus papeles como apariciones públicas? ¿Alguna vez le han faltado mujeres y, más aún, extranjeras o de fama internacional? ¿Se le ha visto en ocasión alguna mal vestido, perdiendo las formas, con ademán adusto y con indumentaria desarreglada?
Bien podemos echar gran parte de la culpa a esa espléndida Venus en Libra, como planeta más elevado de su mapa y jefa de secta diurna de una carta de tierra, sita en casa 9. ¿Cómo no iba a proceder de fuera su pareja, en relación con su origen...?
En conjunción partil con Neptuno esa Venus resulta todo un icono del arquetipo de "galán", de los papeles del "caballero" y del "príncipe" de cuento de hadas, capaz de cautivar a cualquiera. Si a eso le sumamos la conjunción simultánea con el nodo Sur, habría que decirle, interpretaciones más transmigratorias del alma al margen, que deje algo para los demás porque se las lleva todas él - cual aspiradora irresistible - y además, con la manifestación de un signo tan estético y de presencia reconocida como Libra, a las más bellas..., pertenecientes al cine, la moda, la publicidad, la fotografía.
Por otro lado, con esos planetas en casa 9 y sumando a Mercurio, en recepción mutua con Saturno en Virgo - regente del ascendente - por exaltación, ¿cabe pensar que no va a venerar la paz y la concordia, de la mano de la religión budista - como un dogma para él -, ciertamente idealizada, incluyendo a sus maestros? A ver quién le hace "apearse de la burra" ...
Sin embargo, el problema de esa Venus, vinculada a la propia filosofía de vida, es la renuencia al conflicto y el querer agradar públicamente en demasía, tensionando tanto sus necesidades como las ajenas, precisamente porque está en cuadratura con los ejes Ascendente y Descendente. Si rubricamos con Marte en casa 7 - en caída - por añadidura, regente de casa 3, la reactividad emocional acumulada provoca más de una rencilla. Querer hablar algo comprometido con él y que salga con el encanto, o la tendencia a tragar demasiado y expresar tarde y mal por acumulación parecen expresiones sintomáticas.
Alguien debería decirle a este "pacificador" que la armonía reside en tener que pasar también por los momentos de disputa, o, como acuñara Julio César, "Si vis pacem para bellum".
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