Cainismo, el eterno demonio oculto

 CAINISMO, EL ETERNO DEMONIO OCULTO.

"La primera discordia", tal como exquisitamente nos ilustra el pintor francés William Bouguerau, nos trae sobre la mesa el eterno conflicto natural entre hermanos, no sólo humano, sino observado desde otras especies animales en su lucha por el territorio y por no perder aquella "mirada materna" necesaria para la andadura de la vida (que podría tratarse incluso del reconocimiento público de nuestras funciones en la esfera laboral y gremial). Esto queda unido a otro tipo de supervivencia, donde concurren no sólo el alimento físico sino el emocional primario y secundario, representando éste último el que converge en la etapa de aprendizajes primarios y de interacciones cotidianas, lo que, por analogía, se extiende a otros personajes del contexto próximo: primos, vecinos, colegas...


La atención, el estímulo primario, comunicativo y afectivo, son absolutamente indispensables en el desarrollo de un niño, conllevando etapas claramente marcadas para la adquisición de los nombres, posteriormente construcciones más complejas o la propia formación futura del pensamiento abstracto, en el que han de coexistir estructuras más elaboradas... Como acuñara Steven Pinker, "el lenguaje es un instinto" y, como tal, lo requerimos para la supervivencia... 


¿Explicaría esto la tendencia innata a las discordias que observamos en todos los grupos humanos (véase lo que sucede en el mundo astrológico como ejemplo, aunque es generalizado), donde la lucha por "lo dije yo", "por dejar huella" o "por la prevalencia de mi opinión" - esto es, inconscientemente, conseguir la atención de la gran "mamá" pública en el fondo -, es una pauta recurrente y no eventual ni aislada.


Parece ser, por tanto, que estamos condenados al "cainismo" por razones biológicas y la Astrología, en gran medida, nos ofrece la pauta:


De forma muy simplificada, mis recursos materiales y personales - casa 2, Haidou Pyle, "La puerta del Hades" - representa la casa 12, es decir, el enemigo oculto, de la casa 3 (hermanos, colegas, compañeros, vecinos...)... ¿Qué hay más peligroso que alardear de lo que se tiene para la envidia - mirada con mal ojo - de los que nos rodean? ¿Acaso no desemboca la casa 2, por polaridad de salida, en el "Argos" y "Lethe" ("Lethargos"), esto es, la casa 8, constituyendo la pérdida, la muerte, el lugar inactivo y pasivo, donde todo llega al sumidero del olvido de la vida...? ¿No desean quizás instintivamente, aquellos que nos envidian, eliminarnos simbólica o tácitamente, de la ecuación de su competencia?


Un "enemigo oculto" es constituido, en primera instancia, por lo que no vemos de nosotros, pero que permanece latente (por eso la casa 12 es una de las que no ve al ascendente, pese a que constituya el paso previo a su "luz", a su "alumbramiento"..., frente al afuera y los demás). Lo que no tiene luz en la conciencia representa nuestros "demonios internos" y, aplicado a la casa 3, ¿es que no se vehicula del mismo modo en relación con lo que, sin elección consciente, ya contamos en nuestro haber? 


El cainismo, por ende, aunque sea un concepto doloroso y doliente por sus emociones desagradables y efectos, nos refleja de nuevo cómo el ser humano nunca se aleja del modelo natural por muy "racional" que se jacte de serlo, algo que desmontaron espléndidamente los "Filósofos de la sospecha" al analizar los preceptos "falsamente ciertos" asumidos en la Ilustración. Si tan racionales eran los pensadores Neoclásicos, ¿habría desarrollado Rousseau toda una teoría educativa con la incoherencia aparejada de abandonar él mismo a sus hijos? 


Somos nuestros principales enemigos al no mirarnos de frente y aceptar que, ocurra lo que ocurra, la espoleta que nos activa el miedo a no tener atención, a no pertenecer, a no ser o tener tanto como el más cercano, está mucho más arraigada de lo que desearíamos y, pese a no verbalizarlo, es tan indómito en nuestro substrato como un fuego abrasador o un agua torrencial... El "deseo", la invocación a una estrella, mucho me temo que no es suficiente para aplacar la respuesta animal que emerge ante el mecanismo de superviviencia representado por la eterna "disputa territorial". 


Puede que esta reflexión no sea solucionadora ante lo inexorable de nuestros eternos demonios despertados ante nuestros iguales (que no por ellos), mas cualquier peldaño aportado en la mirada clara y panorámica de que somos mucho más semejantes de lo que pensamos, lo mismo represente el consuelo de los "tontos" que hacen lo mejor que saben con lo que les "ha tocado" en suerte. 


Feliz domingo, hermanos 😅🌟💖


Belén Yángüez, 17 nov. 2024.



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